miércoles, 16 de enero de 2019

Lapachos en flor

Lapachos en flor
A trote lento me recibe un nimio tapiz de flores de lapachos, concesión que agosto, y una vez más, nos regala como expiación de sus cálidas y habituales bocanadas polvorientas.
En el viejo empedrado, rebosan vívidos colores tilcarenses, ofrendo mi último jadeo.
Truncadas sombras de lánguidas casuarinas en el callejón final me dan la bienvenida.
Atrás quedan, Alsina Prolongación y Costanera, indiscretas me hipnotizan con su imponente auri-azul, o auri-negro, al fin... místicas semejantes, colores estampados en soberbio muro atalaya, estirpe y señal, señores…es el barrio La Católica, que más.
Reciencito atravesando el charco, mis reminiscencias inmediatas vuelan y regresan, barajas de imágenes, manojo de retratos apenas remotos, aún no fenecidos, casi pan caliente, y en mis retinas en cámara rápida reviven dos, tres, y muchos mas...
El barrio Español me asedia, soy uno más de su gentío y vocinglero matinal, no me intimida, lo rodeo y lo arrastro hasta el mural, el gran mural…, me subyuga, y es Diego, a secas El Bambino de Oro, victorioso e inmortal, piel gallina…, creo entender, sentires de barriadas universales sin lugar ni tiempo, entremezclan modos, miserias, condenas, y hasta olores, en fin...pulsiones y pasiones, que más hablar...,
La Boca, La Católica y el napolitano barrio Español, en sus costaneras respiran, Riachuelo, Río Dulce, y el Mediterráneo.
Al inicio fue trote rápido, lento al final, turbadas imágenes en abanico de colores en cámara rápida o lenta, según, quizás el albur.