martes, 22 de marzo de 2016

El viejo Rolando.

El viejo Rolando

Desciendo del auto y me dirijo inquieto al veredón central,  la sensación de no encontrarme con él me invade de angustia…., apuro el tranco que se vuelve  trote y luego por la inercia y desazón entro en carrera, jadeo zigzagueando entre los transeúntes, enamorados, caminantes,  maratonistas, y todo lo que vos puedes encontrar en un parque, y por fin y al fin… está ahí… lo encuentro!, Si!, lo encontré!, ¡lo encontré!, lo observo… sentadito nomás…, como siempre, porte inconfundible, ¡que alivio!, disminuyo la  marcha y casi caminando me acerco a él, lo veo…, sueter cuello en V, bien peinadito, sin gel ni gomina, cabello  blanco plateado y firme, pudor a cuesta…, partidura a un costado y las de antes, me digo…, sí!, está en su más genuino estado natural y lleva varios días, nada de champú ni jabón que lo altere. 
-Buen día… / -Buen día señor /-¿Que me cuenta don? /-Y… aquí andamos, yo tengo muchos amigos,  mucha gente me saludan y hablo con ellos..., vea…es que yo… tengo un carisma…/-¡Si seguro!,  Usted atrae a la gente…/-y si…, vea señor yo soy adivino y aquel que viene con algún problema se va con buena onda después de hablar conmigo. /
Quiero que sepan: el es Rolando García de 70 años, 4 hijos y 17 nietos, y el mayor Lucas de  18; y mi viejo vive (o vivía) en la Catamarca (la calle), pero hace mucho pero mucho tiempo que pasa su mayor tiempo en el parque. Siendo chango se crió en el Bº 8 de Abril, e iba a pescar al río. Sus padres eran sálteños, su papa murió a los 76 años y su mama a los 84. Hizo la conscripción en Tartagal, donde lo instruyeron en supervivencia. Es una parte más del parque, del verde, de los árboles, de los pájaros, de su gente, dice que lee cualquier diario y revista, que le enseña a sus nietos a que no le laven el cerebro…, fuma 3 fasos al día, y le da al Padrino de Oro (tetrabrik)
Hoy, casi a un mes de haber corrido el mentado maratón, volví al veredón y eché un vistazo furioso de entrada elevando mis ojos a ambos costados y hasta el fondo, pero…a ambos lados los bancos vacíos…¿Dónde andas mi viejo?¿viniste?¿ te pasó algo?, sigo caminando pausadamente buscando tus huellas, tu inconfundible “padrino de oro”, y pienso…¡ya está, claro!,  si encuentro un tetra seguro que andas por aquí cerca o anduviste no hace mucho, sino, no se cuando…, ayer limpiaron y recogieron toda la basura. Uhhh…allí hay uno, Si, ¿hay un padrino ahí?, parece que sí, un tetra del mismo color por lo menos,  ahora si, apuro el tranco y me regocijo, pero luego… con dolor, confieso…se lee “Uvita”, desazón…

Mientras tanto, gracias mi viejo, ¿sabes?, empecé la etapa final de entreno para el próximo maratón y…la puta, paso y paso…, y en cada vuelta al parque no dejo de buscarte, debes estar por ahí escondido…, no jodas…, me darás la bienvenida seguramente cuando vuelva del próximo maratón. Espérame, yo te buscaré, ahí…en el mismo banco.

                                                                                                                Marzo, 22 de 2016.-